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USO PROGRESIVO DE LA FUERZA EN ECUADOR

Actualizado: 16 nov 2019

USO PROGRESIVO DE LA FUERZA EN ECUADOR- POR 11 DÍAS OCTUBRE 2019

Por: Capitán de Navío s.p. Raúl Hidalgo Zambrano

¿Qué significa la frase “uso progresivo de la fuerza” que últimamente hemos escuchado múltiples veces de militares y policías?; esta frase se emplea en doctrina policial, para protección de la vida, libertad, seguridad de personas y mantenimiento del orden público; se apoya en cuatro principios de: legalidad, necesidad, proporcionalidad y rendición de cuentas; en una matriz de relación directa con la intensidad de un riesgo o amenaza.

Legalidad en el uso progresivo de la fuerza, militar y/o policial, lo establece nuestra constitución y leyes, reglamentos, directivas o decretos derivados; hay dos instituciones para la seguridad según Art. 158.- “Las Fuerzas Armadas tienen como misión fundamental la defensa de la soberanía y la integridad territorial” … “La protección interna y el mantenimiento del orden público son funciones privativas del Estado y responsabilidad de la Policía Nacional”; por lo tanto, es claro que el cuerpo de leyes esté legislado para las operaciones policiales.

Necesidad del uso progresivo de la fuerza, depende del análisis de inteligencia que determina las amenazas, riesgos, antagonismos o presiones, que tengan capacidad de influir en el nivel político, estratégico, operacional o táctico. En el nivel político podemos anotar la geopolítica con influencia ideológica, los grupos o movimientos políticos, que desean el poder para gobernar; grupos étnicos, religiosos o económicos que presionan con sus causas justas o intereses. Los niveles estratégico, operacional y táctico, también dependen de una apreciación de inteligencia que identifique las estrategias, formas de organización operacional-logística y tácticas de las amenazas, que usando la violencia crean caos, rebelión y subversión.

Proporcionalidad en el uso progresivo de la fuerza, los niveles político, estratégico, operacional y táctico del Estado, deben identificar con asertividad las capacidades reales de la amenaza para conseguir desestabilizar el gobierno, a través de acciones violentas contra las personas y sus bienes; o saboteando instalaciones estratégicas y bienes del Estado, aquí interviene el equilibrio y capacidad del Presidente y sus funcionarios de seguridad policial para apreciar la intensidad de las acciones violentas e iniciar el uso progresivo de la fuerza con armas no letales y cuál es el umbral que sobrepasa su capacidad para ordenar la intervención de Fuerzas Armadas en posesión y capacidad de usar armas de fuego letales.

Rendición de cuentas después del uso progresivo de la fuerza, es obvio que en un Estado organizado luego de que se restablezca el orden, que el Presidente a la cabeza, mandos militares policiales, agentes del orden, fiscales, jueces; en resumen, las funciones del Estado: ejecutiva, legislativa y judicial, así como, los sediciosos, subversivos, anarquistas, delincuentes, saboteadores… rindan cuentas a través de la justicia a los ciudadanos afectados por los hechos de violencia.

Ejemplo del uso progresivo de la fuerza, fue lo aplicado en Ecuador durante los 11 días (octubre 2019) de agitación social que vivimos, protagonizados por transportistas, indígenas, sindicalistas, anarquistas, subversivos y otros grupos de presión política; cuyo detonante fue el decreto ejecutivo 883 que intentó elevar el precio de los combustibles, el Presidente tuvo una actitud defensiva, porque ordenó a las fuerzas del orden la aplicación de la prudente estrategia de disuasión, con acciones de contención, dispersión y captura de los violentos, sin el uso de armas letales; a pesar que entraron en acción guerrilleros urbanos, con tácticas tomadas del manual del combatiente urbano conocido como “Bloque Negro o Black Bloc”, se puede apreciar en los noticieros internacionales que también se aplican en Chile, Barcelona-España y otros. Esto no es buen ejemplo desde el punto de vista de inteligencia, porque el Presidente y órganos de la seguridad del Estado estuvieron ciegos y fueron sorprendidos, por la falta de una real inteligencia de identificación de los subversivos para neutralizarlos y capturarlos antes de causen los daños que son de conocimiento general.

Ejemplo del uso de la fuerza con armas letales, fue del expresidente Uribe de Colombia, aplicó una actitud ofensiva, determinó como centro de gravedad al segundo líder de las FARC Édgar Devia alias Raúl Reyes y su grupo guerrillero, a quien su servicio de inteligencia localizó en Angostura territorio ecuatoriano en la frontera norte y ordenó la “Operación Fénix” el 01 de marzo 2008, eliminandolos mediante un bombardeo aéreo y posterior incursión de fuerzas militares y policiales. Este aleve ataque a nuestro territorio lo justificó porque desconfiaba del gobierno del expresidente Correa aduciendo que tenía nexos con las FARC. Este mal episodio en las páginas de nuestra historia dejó al descubierto las grandes debilidades de vigilancia, control e inteligencia de las Fuerzas Armadas.

Debemos estar conscientes que, para vivir en paz, necesitamos unas Fuerzas Armadas y Policía profesionales. Últimamente un general de nuestro Ejército en una ceremonia militar expresó con firmeza que es importante un buen servicio de inteligencia para identificar a los subversivos, aislarlos y neutralizarlos, está debe ser una política de Estado y Gobierno, para que no vuelva el terror vivido durante 11 días.

En conclusión, quedó en evidencia un Estado debilitado por insuficiencia en: leyes, preparación de los agentes del orden, materiales, equipos y armas no letales, para el uso progresivo de la fuerza, que tiene como

fin neutralizar y capturar a los violentos anarquistas, subversivos, guerrilleros urbanos, saboteadores y todo tipo de generadores de caos y terror. ¡Ojalá no se repita!










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